Eric Boo au Moulin Rouge
Eric llegó a París, en 1991, como por arte de magia, bueno, sin el cómo. Un amigo americano, un mago llamado James Dimare, que trabajaba con él en la sala “Scala” de Barcelona propuso a Eric ponerle en contacto con el agente de artistas que seleccionaba espectáculos para el Moulin, y desde entonces.
Eric da sentido a una parte del Moulin poco conocida, lejos de las bailarinas de cancán francés, Eric hace reír y saca por momentos al público de su embelesamiento romántico, hace las veces de entremés del espectáculo principal, pero un entremés que devuelve a la realidad a la sala de espectáculos más famosa de París, quizá del mundo, algo que nadie se espera, de repente sale el y todo cambia. El mimo tiene su propio camerino en el Moulin, en las entrañas de ese maravilloso teatro, un lugar inaccesible al público en el que la magia del espectáculo empieza a fraguarse horas antes del mismo. Un lugar como cualquiera puede imaginarse, el camerino de un mimo, con la belleza y el misterio de una sala con más de cien años de historia, la del Moulin Rouge. Un camerino donde se prepara con cariño, dos veces por noche, para sorprender a un público que no va a verle a el, pero que le recordará seguro. Es uno más entre bastidores, se mueve fácil entre artistas y tramoyistas. Es parte ya del Moulin, lleva 11 actuando años allí, es su casa, es parisino ya.
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